
La jornada mundial del sida está esencialmente destinada a llamar la atención sobre la magnitud que aún tiene la enfermedad y a multiplicar los esfuerzos para tratar de detener su progresión.
El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), que ya ha matado a más de 25 millones de seres humanos desde su detección el año 1981, sigue causando estragos, especialmente en el Africa subsahariana donde las mujeres pagan un tributo desmesurado por la pandemia.
"Stop sida. Mantengamos nuestra promesa": la consigna llama a los dirigentes a hacer prueba de mayor responsabilidad con respecto a sus compromisos.
